Jenna Jameson

Nota: esto no va de Jenna Jameson.

En este punto solo puede haber dos tipos de personas leyendo esto, los que están decepcionados después de leer el titulo de la entrada de hoy y clickar en el link que les ha hecho llegar hasta aquí con manos temblorosas mirando de reojo que no hubiese nadie alrededor, y… los que no saben de que hablo.

Si eres de los primeros… ajaha! Te he pillado sucio bastardo! Te importa una mierda mi blog, tu has entrado aquí a lo que has entrado!!! Me repugnas, conozco a los de tu calaña, paseando entre la gente normal por la calle cuando los dos sabemos que tu pieza de ropa favorita es una gabardina!!! Maldito buscador de ubres virtuales, fuera de aquí, no eres digno de mi blog, y que no te vuelva a pillar husmeando en páginas de dudosa cabida moral o juro que haré instalar el canguronet en todos los ordenadores que toquen tus sucios dedos!!!

Si eres de los segundos… alma cándida pobrecito, anda ve y sigue jugando con ese gatito tan mono que tienes debajo del arco iris que hay pintado en tu habitación, y tomate un buen vaso de leche caliente con magdalenas de mi parte cosita de papa, que ahora van a hablar los adultos, venga.

Y después de esta redada de blogolectores me zambulliré de lleno en lo que me lleva a abrir una nueva entrada en mi particular manual de instrucciones para la vida que es este mi querido blogks (pronúnciese con g sostenida por favor).

La cosa es que andaba yo el otro día haciendo uno de mis particulares estudios de campo con algunos de mis queridos compañeros de laboratorio con nuestras respectivas batas blancas y nuestras gafas de seguridad (ahora sustituya la palabra día por la palabra noche, estudios de campo por zanganeo, queridos compañeros por gañanes nivel 3 y batas blancas y gafas de seguridad por birracas in da hand). En ello andábamos el Doctor Chinti, su nuevo alumno aventajado de Postgrado y un servidor cuando una condensación de agua en estado sólido que emanaba de mi vaso de precipitados reflejó un haz de luz en mis corneas y me produjo un breve pero intenso estado de elevación espiritual donde se me reveló una de mis habituales pero no por ello menos estúpidas…

… TEORIAS DE COMINOSWORLD!!!

(… Cominoswooooooorrrlldddd…)

El caso es que me acerqué a mi licenciado compadre y le musite un breve esbozo de lo que el vaido me había revelado… La cuestión es que rodeado de tanta hembra dispar el muestreo de la población a estudio me llevo a la siguiente conclusiónbarrapregunta:

Existe una combinación de palabras, gestos, expresiones faciales y silencios que ordenados de la manera correcta nos llevarían a alcanzar el éxito con cualquiera de estas chicas presentes en la sala, la pregunta es, cual? Ese es el problema, que no sabemos cuál es la combinación correcta, pero a lo que quiero dar énfasis con mi afirmación es que esa combinación, aunque desconocida, existe!!!

Dicho de un modo más vulgar para los eruditos… para cada chica existe una conversación, seguramente única e impermutable, que llevada a cabo nos llevaría a la culminación del éxito en nuestra empresa, y si, habló del término conocido como ligaretum vulgaris, osease que se osea… ligartela, llevártela al catre, leerle las curvas en braile, escanearle la campanilla, o simplemente, acometer el acto del fornicio jovial y despreocupado con la jaca de marras.

Pero ojo, que la imagen que os acabo de implantar en el hipotálamo no os nuble la mente, antes de incurrir en el rio de plata de descripciones que os han hecho mirar al techo con los ojos en blanco mientras babeabais pensando en la vecina del 5º he dicho dos palabras, conversación ÚNICA e IMPERMUTABLE. Esto significa que solo hay una conversación correcta, y esto es así, osea no quiero decir que si dices “el mar” en vez de “la mar” la tiparraca en cuestión va a pasar de querer felarte para guardarse tu liquido vital en las cavidades bucales y poder así engendrar a posteriori un vástago tuyo en su ser, a desear tener rayos laser en los ojos para pulverizarte ahí mismo. No, no funciona así. Lo que quiero decir es que existe una sola línea conversacional que abre la puerta del universo en que te lías con la tía más buenorra de toda la discoteca (o la más fea nivel arcada profunda, tú decides…). Y como ya he dicho al principio, lo indómito de esta teoría es que a pesar de la existencia cierta de esta combinación de palabras que concatenan el éxito, este siempre se nos presentará oculto ante nuestros simiescos ojos de patán premium.

Y he aquí mi profunda frustración, porque la reflexión final de todo esto no es el hecho en sí de descabezarme contra la pared del lavabo por no poder ligarme a la tremendísima mulata número 26 millones que se cruza en mi camino. Eso por desgracia y por triste que parezca, uno lo acaba asumiendo con el tiempo. Lo jodido, lo realmente jodido es la duda que me corroe de no saber cuál es la combinación ganadora!!! De pensar, sé que hay algo que ahora mismo yo podría decirle a la Scarlett del fondo que haría que a los 5 minutos estuviese chequeando sus puntos vitales de cerca, pero… que!?... QUE!!!???

Y por cierto, no os canséis… por experiencia y discusiones dilatadas con otros Doctores honoris causa en el ramo, hemos dilucidado que cuanto más intentas encontrar la combinación aleatoria de palabras que te alcen al pódium, en peor puesto acabas en la carrera.

Moraleja: La combinación ganadora existe siempre, pero no se puede buscar, de hecho no hay instrumentos humanos ni indicios para encontrarla, ojo esto no significa que no puedas hacerte con ella porque todos sabemos que si que se puede, solo que de repente y casi sin esperarlo, cuando cansado de probar números al azar te des la vuelta y vayas hacia la barra oirás el tan esperado CLIN! después de tanto MEC! Y la luz roja del led frontal estará en verde (color que te costará reconocer por no haberlo visto mucho), efectivamente, la caja fuerte estará abierta… y a partir de ahí… a gozarlo!!!

PD: dejaremos para otro día el concepto de mojo, otra palabra que desde la Grecia Antigua ha despertado acalorados debates aun por resolver entre nuestros filósofos modernos…

Esta ha sido una fábula patrocinada por Bodegas Cominosworld, porque si una uva no es lo suficientemente buena para que tu perro se la coma, porque tirarla… cháfala!!!

Coldplay/ Us against the world