martes, 23 de septiembre de 2014

El hombre que se quedó sin experiencias vitales

 
El hombre que se quedó sin experiencias vitales, cada vez tuvo que buscar sonidos más graves y ruido más fuerte, explosiones más hondas, contacto más primario con la tierra, cada vez más sucio y rudo todo, para llegar a sentir algo, que dejase huella, marca de agua, imagen velada en el iris, esguinces en el corazón, cada vez necesitaba más extremidad para ver un sentido a seguir adelante, cada vez más difícil llegar a la misma marca de sal dejada en su alma por la última gran venida, la última gran inundación, cada vez más ruido para encontrar silencio interior, todo le hundía en el dejavú cíclico de lo low-estandar, lo monocromo, una presión en el pecho le oprimía lentamente, una necesidad de aparcar lo vacuo, todo lo artificial, las capas, lo ornamental, alcanzar belleza hiriente, discernir lo ineludible, lo crudo, cada vez más difícil de encontrar sensaciones de plenitud subatómica, orden matricial que se sienta correcto, más difícil reconocer lo que sobra y desprenderse de lo que no aporta nada, tocar la humanidad cada vez más de cerca, entenderla, autoconocimiento de complexión aural, onanismo karmal, cada vez más difícil la elevación por medio de la captación sensorial, como cortarse lentamente, dejando entrar el dolor, recibiendo la información cerebral, procesando los datos con perspectiva, viendo manar la sangre, limpia, fluida, roja, sintiendo el contacto divino de la vida y la muerte encapsulada en materia caduca, puestos aquí abajo para no entender nada, para cuestionárnoslo todo, sin respuestas posibles, sin respuestas correctas, solo dudas y miedo, mucho miedo, un miedo que nos cala hasta los huesos y nos paraliza hasta el día en que el tiempo expire nuestro regalo, una vida para sentirla, encontrarnos los momentos y violarlos sin miramientos, dejar de luchar contra la gravedad, solamente relajar los músculos, cerrar los ojos y caer, atesorar cada segundo en el proceso, caer y notar el viento en el estómago, rozar la eclosión, la luz blanca, la nada redentora, la nada por fin, eterna en su micro existencia, en su perfecta plenitud.

 

 

Alt-J/ Bloodflood Pt. II


 

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