Seize
the day, I heard him say!
Parafilias
y mas parafilias, enanos vestidos de bebe que corretean a mi alrededor, perros
que flotan atados a globos de helio, mujeres asiliconadas que rechupetean sus
Sex on the Beach servidos en vasos de hielo con forma de pene Monstercock size,
viejos vestidos de colegialas casi me atropellan en sus bicis de antaño con rueda
delantera gigante, ositos de peluche tamaño real haciendo un striptease a una
panda de lolitas Perra del Rey mode on. Porque vuelvo a estar aquí? Soy Alicia
y he caído en la madriguera? He vuelto a llegar al País de las MDMAbillas
persiguiendo un conejo blanco?
Quien
es ese tipo que orquesta el viaje a Acidoville Town desde la cumbre? Es Chino,
es Oriental, es Dios? Sea quien fuere está encima de una barca hinchable y eso
merece mi respeto, Ali-G lo sabía y no quisimos creerle. Continuo mi pelea excórpori
por alcanzar la salida al remolino de desesperanza arcoíris que me engulle,
pero cada vez tengo más miedo. Son hipnóticos cual castor, y cada vez más se
parecen a los muñecos interraciales de la atracción demoníaca de Disneyland. Todo pintado parece una foto sacada del mayor
de los sueños húmedos de David Lachapelle. Y un sombrero cobowy amarillo 5
onzas tira tartas al personal sin nadie a los mandos de la nave. Sabía que hoy
iba a ser un buen día cuando me encontré un penique esta mañana en la calle.
A
estas alturas de la debacle sensorial es crucial que alcance el portal
espacio-temporal que me separa de la cordura o el agujero de gusano se habrá
cerrado para siempre dejándome atrapado con una puta panda de adoradores paganos
del neón, las gafas persiana y el látex industrial. Esquivo a dos pingüinos perdidos
robados del zoo por sendos Rusos hasta las cejas de coca cola sin cola. Amago a
dos lesbianas que se intercambian sus helados Pirulo absorbiéndolos como si no
hubiese mañana. Hago una cinta a unos cazadores de elefantes furtivos que confunden
a la gorda de mi lado con un paquidermo gris y nos disparan dardos tranquilizantes
de Jaggermeister. A todo esto en mi lucha por escapar de Wonderland y asirme a
los últimos átomos quasiextintos de common sense del lugar giro mi cuello hacia
el resplandor del colapso nuclear que acontece tras de mí. Puedo ver lo que
intuyo como unos ojos rasgados y una perillita sonriente encima de unos altavoces
con una botella de Dom Perígnon en una mano abriendo las aguas del mar Mojado con
la otra para guiar a sus fieles hacia el Valle Encantado de Piecito.
Con
el iris fundido por el fogonazo de felicidad nuclear tropiezo en mi huida del
cielo al infierno y caigo en una suerte de trampa para desertores con forma de
piscina. No hay nada que hacer, el líquido elemento me embebe y se cuela por
cada uno de los porros de mi cuerpo. Me tienen rodeado. Si no puedes con ellos únete
a ellos. Game Over. Insert coin.
El
Maná. La Atlántida. El gato vivo-muerto de Schröginger. La mierda de artista. El ladrillo del bolso
de Margarita Seis Dedos. El escalofriante crecimiento capilar de Hilario Pino. Todos
aquellos secretos que los Templarios juraron guardar con su vida por los siglos
de los siglos. Los puntos cardinales de los misterios de un universo frio e inhóspito
desvelados así, sin más, visiones inquietantes que podrían derretir los globos
oculares de Iker Jiménez en menos de lo que dices Ratiflús. Todo esto y más me fue revelado
en esa mezcla de agua y meado de mono titi que me envolvía. Un líquido que hizo
las veces de sangre de Cristo Padre para sumergirme en el bautismo de la locura
írica at eternum. El mal estaba hecho, las puertas de retorno desaparecieron
tras los muros del laberinto. Solo quedaba mirar hacia delante en busca del Rey
de los Goblins para abofetearlo y obligarle a ser Ziggy de nuevo. Ropa fuera, Naked Revolution. Corre, grita, inmólate. La
muchachada lo agradecerá. Total que más da?, como predijo Daniel Faraday, el Pogo H
hará que el avión no se estrelle y no acabemos en la Isla. Todo esto no habrá
ocurrido jamás.
En
el nombre de Aoki, amén.
Steve
Aoki/ Ooh (feat. Rob Roy)
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