Personaje
y persona, son términos difusos que pueden llegar a confundirse.
Cuando
uno expone su visión perturbada de la realidad, llevándola al extremo como mero
experimento sociológico de la risión, como mera deliranza a modo escapista de
una vida monocroma, pero vuelca su histrionismo sobre sí mismo como lienzo en
blanco corre un peligro gravísimo y muy real. El peligro de que tu obra, tu
regalo al mundo, te acabe engullendo, y la gente crea que personaje y persona
son la misma cosa.
Y en
cierto modo es un peligro buscado porque la felicidad de la gente es una droga
que engancha, y hasta cierto punto, incluso es bidireccional.
Andy
Kauffman fue un actor cómico estadounidense, pero sus actuaciones eran un poco
distintas de lo normal. En ellas llegó a hacer de personajes extranjeros
durante mucho antes de que se supiese que era americano; llegó a parar actuaciones
de repente y declarar su odio incondicional a alguna raza, etnia o cultura
presente en la sala; durante cierto tiempo ejerció de luchador profesional de
lucha libre peleando contra mujeres y declarando que eran seres inferiores, por
ello le pegaron palizas e incluso le rompieron las cervicales en directo; se
teloneó a sí mismo en varias actuaciones disfrazado mientras declaraba que
odiaba al artista al que estaba teloneando por pésimo. Mendigueó entre el
público y se peleo con otros invitados en Late Shows. Llegó a saltarse guiones
en esketches con colegas de profesión que le valieron varias jarras de agua a
la cara y puñetazos certeros.
Lo
que se descubrió años después por declaraciones y confesiones de sus cómplices,
es que todo era mentira. Todo estaba preparado y guionizado por el propio
Kaffman para causar la risa, la estupefacción, incluso la ira a los receptores
de su obra. Años después se descubrió que él nunca fue antisemita, ni machista,
ni nada. Eso sí, muchas de las palizas, pedradas por la calle, y las cartas de
amenaza de muerte, fueron reales. Simplemente, el personaje se comió a la
persona
Exactamente
lo mismo le pasó a Joaquim Phoenix en el falso documental de su cuñado Casey
Afflec, “I’m Still Here”, donde la supuesta bajada a los infierno de la mano de
la autodestrucción de un famoso casi le supone arruinar su verdadero nombre e
imagen con apariciones estelares en un estado totalmente descolocado y desmejorado en The Letterman Show…
Metáforas
mediante vuelvo al eterno dilema en Psicoanálisis con limón… uno es lo que
proyecta, o proyecta lo que és?
En
el difícil mundo de la vida con cristalera en el que vivimos gracias a Mark
Zuckerberg, puede que algún día uno deba dejar de exponerse públicamente en la
palestra y volcar su obra sobre otras caras, como Batman con Robin (atención
spoiler!), o como Banksy con Mr. Brainwash. Más que nada para desengancharse a
Venon de encima y recuperar (o recordar) lo poco que quede debajo.
Para
concluir y como diría Il Estatore…
Así
hablo Cominosworld reflexionando sobre algo que le dijo alguien en uno de sus
momentos de caída en picado a los abismos del coeficiente intelectual:
“Ese
sombrero dice mucho de tu personalidad”
Pues
puede que si…
… pero
lo más importante de todo…
… es
que también puede que no.
PD:…
Feliz cumpleaños a mí… hoy llevo 5 años vinculado a la empresa corporativa que
me esclaviza y me financia la anormalidad… cosas del equilibrio cósmico supongo…
SebastiAn/
Total (2011, Ed Banger)
Two
Doors Cinema Club/ Beacon
uy, me has mentado, q honor!
ResponderEliminary debo añador q quien te dijo lo del sombrero es una sabia pero en toda sabiduría hay un punto de vista q no lo abarca todo, efectivamente ese sombrero dice mucho de tu personalidad pero no lo dice todo, si lo dijera todo se asustaría y saldría corriendo... xd!
Au,, con dios cominosworld!
Il Estatore