Yipi
kai yey madafaka!!!
Y
qué eehhh… y qué si me duele la cabeza a rabiar y a cada pulso electromagnético
que una de mis neuronas emite hacia el cortex occipital de mi cerebelo siento
como miles de diminutos humpalumpas clavan pequeñas dagas en mi masa cerebral
hasta reducirlas a una papilla gris como la que sirven en los geriátricos de
bajo presupuesto.
Se
supone por ello que debo dejar de
intentar arrancarme el gargajo existencial que tengo pegado en la garganta,
dejar de intentar sacarlo fuera de mí a base de sonidos guturales horribles y
asquerosos que provocarían la nausea mas profunda a cualquier zombie-fémina en
estado de descomposición avanzada?
Pues
seguramente sí. Pero soy demasiado imbécil para entenderlo. Para tan siquiera
atisbar el simple propósito del mensaje en forma de dolor agudo que mi cabeza
manda al resto de mi extropeado cuerpo. Lo noto pero no consigo relacionarlo.
No lo pillo. Como los chistes a pie de página de un calendario viejo. No los
pillo. Para!!! … el que?... que pares… que pare el que?... de teclear… de
teclear que?... lo que estas escribiendo subnormal!!!... aaahhhh, esto… si,
esto… y porque?... PORQUE CADA TECLEO ES COMO UN MARTILLAZO EN LA CABEZA CONTRA
UN TRONCO DE ARBOL CORTADO… uno de los grandes, en uno de esos en que puedes
leer historias ancestrales de sangre y dolor en los anillos, en los que puedes
reposar la cabeza entera sin sospechar que te va a caer el golpe de gracia en
cualquier momento, con uno de esos martillos de palo largo, para agarrarlo por
la punta lanzarlo hacia atrás y devolver el golpe trazando una curva perfecta
por encima de la cabeza, con mucho brazo de palanca, uno de esos golpes en que
el ejecutor aprieta los dientes, cierra los ojos y pone cara de madre mía la
que le voy a dar a este… BBBBOOOOOOMMMMMMMM… uno de esos martillos de punta
plástificada, más como un mazo, para amortiguar el sonido del golpe, como el
que utilizaría un actor olvidado en su retorno a la gran pantalla en una peli
de Tarantino mientras interroga a un pobre desgraciado en la trastienda de
algún local en alguna calle perdida, soltando una perorata sobre Jesus con una
verborrea propia de Jerry Lewis o algún predicador de pueblo…
…BBBBOOOOOOMMMMMMM…
… sangre
por todos los lados…
…BBBBOOOOOOMMMMMMM…
… trozos
de masa densa esparcidos por el suelo recién salidos de la oreja del desagraciado
con el premio gordo…
…BBBBOOOOOOMMMMMMM…
…
cardioelectrograma en pitido continuo…
…BBBBOOOOOOMMMMMMM…
… no
más tecleo.
…BBBBOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM…
(…)
Crystal
Castles/ Celestica
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