Timothy se detiene un momento antes de empezar, pasando la mano por su cabeza, por el preludio de lo que va a ser, sus dedos como drones escudriñando con focos la fuga de la cárcel, como Russell Crowe en Gladiator pasando la mano por el centeno, guiando el camino antes de la sega, regalándose en lo que ya no será, en lo que se irá para bien, como fuego redentor, un nuevo mañana, sin mirar atrás, notándolo entre los dedos, saboreando el poder de decidir la purga, paladeando el control total, viviendo ese momento bípedo, nacrosegundos en que la realidad se desdobla, se pliega y se solapa y convive consigo misma, sabiendo que aún no ha pasado pero que ya está hecho, aún no es mañana pero mañana ya ha llegado.
Y la maquinilla pasa, y el pelo se cercena, el pelo cae abatido, ganado, sintiéndose perdedor, troncos abatidos a hachazos, y la nada da paso al renacer, al borrón y cuenta nueva, la quema de la lacra, el contador a cero de la mácula, cráneo por estrenar, como los días por delante, como si no hubiese un pasado, aunque lo hay, pero ya no, no a ojos ajenos. Timothy se sabe mierda y a los mierdas como él no se les permite la posesión material, ni siquiera de su propio cabello, no se merecen ni eso, y este pensamiento le provoca orgullo, porque el orgullo es lo único que nunca le podrán robar, orgullo de paria de pueblo y la sonrisa de medio lado. Porque de los que no se espera nada no tienen nada que demostrar, y eso los hace más libres que al resto. El resto. Ese resto del que ni loco quiere formar parte, que se lo queden todo para ellos el resto. Ahora se pasa la mano por la cabeza ya limpia de fideos finos, como la calle solitaria que por pobre casi no le quedan ni adoquines. Y nota una brecha en el costado al írsele la maquina un poco, heridas de una guerra que nunca luchó. No necesita más, no necesita menos. Sucio y simple. Una cabeza-llanura, para que los piojos pasen la noche al raso. No merece más, no merece menos. Se calza las botas de punk, se echa la cazadora al hombro y sale por la puerta a beberse el día, o a que el día le beba a él… lo que llegue primero.
Jet/ Cold Hard Bitch
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