Hoy en Cominosworld estrenaremos una sección que más que probablemente nacerá y morirá en este mismo post, pero no por ello es menos importante que las demás. Hoy en Cominosworld estrenamos la sección:
…
Palabras estúpidas del diccionario Español!!!
Chacha
chaaaaaaaaaaannnnnnnnn!!!!
Pues
bien, hoy en Palabras estúpidas del diccionario español atacaremos una palabra
muy laureada durante varias generaciones en las bocas de cientos de especímenes
con bigote y galones, reales o ficticios, a las espaldas. Ese tipo de personas
que mas que seguramente os habéis encontrado en algún momento de vuestro pasado
al ir a conocer por primera vez a los padres de alguna ex novia. Y esa palabra
es:
HONOR
Honor,
según la RAE se
recoge como…
Honor: Gloria
o buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones heroicas,
la cual trasciende a las familias, personas y acciones mismas de quien se la
granjea.
Esta
palabra siempre me ha hecho mucha gracia. Y ahora viene cuando yo explico por
qué:
Corría el
año del 37, Guerra civil Española, pueblo perdido de la mano de Dios en medio
de la nada en la Provincia
de Cuenca. El ejército de liberación de los Bolcheviques, Rojos, Comunistas y
Republicanos liderados por el altísimo y generalísimo Don Francisco Franco
recorre las pedanías del lugar en busca de adeptos a la causa por una España
grande y libre. Los varones son “invitados” a filas de una forma pacífica y voluntaria,
tan voluntaria como, o estas con nosotros o muere. No sabrían vestir bien, pero
educados lo eran un rato, eso sí. Entre todos los hombres reclutados a punta de
“por favor” dos amigos, los dos igual de adeptos a la causa, los dos dejando
sus familias atrás, mujer e hijas, al amparo de un ejército que las mantendría
a salvo de todos los malandrines y maleantes de medio pelo que moraban las
montañas, por los cojones.
Un
pueblo, cero hombres. La familia no es importante cuando está en juego una nación.
Vivas y bravos por doquier a su marcha. Ni una sola lagrima en la faz de las
amantes esposas viendo a sus machos alphas partir hacia la muerte. Y el
generalísimo pescando salmones en algún pantano.
Meses
después de entre la maleza y a pocos bancales del pueblo aparece un hombre,
maltrecho, desnutrido y con el semblante de alguien que ha visto los horrores
de una matanza a milímetros de la cara. Es uno de los dos amigos partidos a la
victoria de un sentimiento, el patrio. Pero ese hombre no entiende de banderas
ni de colores. Ese hombre entiende de su mujer, y de su hija, y de las muchas
probabilidades de que no sobrevivan a un hogar sin padre. Un hombre escapado de
lo que otros creen su deber, para acudir a la llamada de su propio deber. El de
su familia.
Y una
mujer que llora pero esta vez de alegría y no de tristeza, y una hija que
vuelve a tener papa después de meses de un luto que no entiende. Un hombre
repudiado, escapado con deshonor, un traidor a su país que debe ser condenado a
la muerte por apátrida, cobarde y enemigo de la nación. Pero no hoy, esa noche
es un héroe para dos mujeres. Un héroe vivo, tangible y palpable. Mucho más
héroe de lo que ninguno de los idos lo será jamás.
Un héroe
que se pasó un año entero, un año entero, con sus días y sus noches, y sus 24
horas y sus 86400 segundos… debajo de la cama. Agazapado, escondido, de un
ejército vigilante de encontrar a sus desertores, un ejército de caballeros
dispuesto a dialogar con todo aquel que no compartiese sus puntos de vista a
golpe de paredón y metralla. Un hombre bajo una cama con un solo deseo, salvar
a su familia de un futuro sin marido, sin padre, sin alguien que dada la época
asegurase un plato encima de la mesa cada día. Y preguntaron, y rebuscaron y
increparon y casi lo descubren por varias veces, los siervos del bien, pero los
aposentos de una dama eran demasiado sagrados para ser profanados por simples
soldados de dios.
Y el 39
llegó. Y con él el final del horror, y el final del encierro para ese hombre en
su propia casa. Por fin la luz del sol, y el aire, y un cielo libre de gente
vestida de verde con poder de encerrarte porque sí.
Era
momento de renacer, resurgir de las cenizas del desastre y de la podredumbre. Y
así ese hombre, ahora erguido, cogió lo poco que le quedaba del pasado y lo
mucho que le quedaba del futuro y junto con su hija y su esposa emigraron a
tierra menos yerma, donde comenzar a olvidar y construir un presente por
primera vez en muchos años, esperanzador.
Y por las
noches aun se despierta entre estertores, entre sudores fríos y tiritones,
recordando las palabras de su amigo al escapar:
No lo
hagas!!! Y si te pillan?... donde quedará tu honor?
El honor
del primer hombre quedó intacto, junto a su joven cuerpo yacido en el suelo,
cubierto de sangre por un impacto de bala de otro hombre igual o más asustado
aun si cabe que él, en la trinchera enemiga. Su mujer e hijos nunca llegaron a
saber ni de él ni de su honor.
El
deshonor de mi abuelo resta hoy en el cementerio de Montjuic, y su hija aun le
lleva flores cada año, a su héroe. Si no llega a ser por su deshonor puede que
hoy yo no existiese.
Por eso
doy gracias a mi abuelo, por ser un
cobarde, un repudiado que se tiro un año bajo la cama, un enemigo de la nación
con extremo deshonor.
Gracias.
PD:
llevaba tiempo con esta actualización rondándome la cabeza y hoy ha tocado,
vete tú a saber porque…
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